El hallazgo de este enclave cementerial dio lugar a diversas especulaciones en torno a su adscripción cronocultural. Así, las alteraciones documentadas en el cráneo de algunos individuos llevaron en un primer momento a vincular estos restos con represaliados de la Guerra Civil, planteamiento que fue descartado posteriormente a raíz de un estudio más detallado de los restos óseos. Se barajó también la hipótesis de estar ante un depósito relacionado con los misioneros mallorquines instalados en la isla para su evangelización en el siglo XIV. En cualquier caso, tanto las dataciones como los análisis bioarqueológicos permitieron adscribir, sin lugar a dudas, este espacio sepulcral a la población prehispánica de Gran Canaria. De otra parte, los restos óseos humanos recuperados en este enclave, han sido objeto de diversos estudios bioantropológicos, dirigidos a documentar, entre otros, aspectos relacionados con la dieta, la nutrición o los patrones de actividad física de los antiguos canarios, los cuales, han aportado una valiosa información en torno al modo de producción de esta población.
Siglo/s XIII-XIV-XV
Material analizado: Hueso humano
Fecha calibrada: 1285-1464 d.C.
Identificador del laboratorio:
Curva de calibración:
Fecha convencional:
Datos arqueológicos:
Indicadores de calidad de la muestra:
No hay enlaces disponibles
Siglo/s XIII-XIV-XV
Material analizado: Hueso humano
Fecha calibrada: 1285-1464 d.C.
Identificador del laboratorio:
Curva de calibración:
Fecha convencional:
Datos arqueológicos:
Indicadores de calidad de la muestra:
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El hallazgo de este enclave cementerial dio lugar a diversas especulaciones en torno a su adscripción cronocultural. Así, las alteraciones documentadas en el cráneo de algunos individuos llevaron en un primer momento a vincular estos restos con represaliados de la Guerra Civil, planteamiento que fue descartado posteriormente a raíz de un estudio más detallado de los restos óseos. Se barajó también la hipótesis de estar ante un depósito relacionado con los misioneros mallorquines instalados en la isla para su evangelización en el siglo XIV. En cualquier caso, tanto las dataciones como los análisis bioarqueológicos permitieron adscribir, sin lugar a dudas, este espacio sepulcral a la población prehispánica de Gran Canaria. De otra parte, los restos óseos humanos recuperados en este enclave, han sido objeto de diversos estudios bioantropológicos, dirigidos a documentar, entre otros, aspectos relacionados con la dieta, la nutrición o los patrones de actividad física de los antiguos canarios, los cuales, han aportado una valiosa información en torno al modo de producción de esta población.